El poeta y cantor de Israel en un lenguaje antropomórfico nos ofrece un cuadro de la bondad de Dios para con sus creaturas. La mirada de Dios es un equivalente a su compasión, su mirada está acompañada de su compasión hacia la impotencia de sus hijos. Su mirada es aliento y esperanza para los presos por la maldad, los afligidos y menesterosos. ¿Sabías que Dios te mira?
Frente a tan maravillosa revelación, ¿Qué podrá ver Dios en ti? ¿No te has preguntado que busca la mirada de Dios en tu vida? No hay escondrijos ha dicho Dios que nos oculten de su mirada “ Los ojos de Jehová están en todo lugar” (Proverbios 15:3). Si de veras creyésemos esta aseveración, nos cuidaríamos donde nos metemos, lo que hacemos, con quien nos rodeamos, lo que leemos, qué miramos con qué nos entretenemos, y mucho más. Es que muchas veces vivimos como si Dios no viese nuestro comportamiento. Allí donde parece que nadie nos ve, el ojo de Dios nos sigue.
En relación a la injusticia que padecemos y la violación de los derechos humanos en muchos de nuestros hermanos: ¿qué dice el sagrado Libro? “Si opresión de pobres y perversión de derecho y de justicia vieres en la provincia; no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos” (Eclesiastés 5:8) Bendita esperanza para los maltratados y mal correspondidos por la justicia humana. El ojo escrutador de Dios está sobre todos y en su tiempo defenderá la causa de los débiles.
Y para ti que piensas que tu labor no es reconocida, que tus esfuerzos son vanos; No te desalientes, el ojo de Dios está sobre ti. Sigue adelante con la esperanza de que a su tiempo segaremos si no hubiésemos desmayado. Mantente como Moisés con tus ojos fijos en el Invisible; y como Jesús con la mirada en el gozo que vendrá después. (Hebreos 12:2) Todo lo que hagas o digas, recuerda que lo haces para agradar a Dios más que a los hombres.
Hoy, mañana y siempre los ojos de Dios están sobre los justos, y su brazo está extendido para proteger, fortalecer y sostener a los que le aman.
Bendiciones,
José Daniel
Fuente: www.cristianos.com