En muchos hogares, la Biblia apenas se usa y a veces ni siquiera se piensa en ella. La única vez que la leen es cuando hay problemas, enfermedad, muerte en la familia o el domingo en la iglesia. Y aun entonces, la persona tal vez no sepa dónde buscar la ayuda que necesita.
¿Cuánto tiempo hace que no abre la Biblia para estudiarla y gozarse en ella, edificarse y crecer espiritualmente? Sí, es el libro de Dios. Pero Él no quiere que se lo devuelvan. Quiere que lo conserven, lo lean, lo entiendan y lo crean, y que obedezcan su mensaje.
¿Ha leido hoy la biblia? Si no la ha leído, ¿por qué no lo hace ahora mismo? No deje que la Biblia se convierta en el libro olvidado de tu casa, un objeto acumulador de polvo.
MIENTRAS MÁS LEA LA BIBLIA, MÁS AMARÁ A SU AUTOR.
Jamás me olvidaré de tus preceptos, porque por ellos me has vivificado. Salmo 119:93.